EL CUENTO: GRAN PROTAGONISTA DE LA LITERATURA INFANTIL

Autora: Manuela González Castaño

Añoro mi infancia…y, sobre todo, esos cuentos.  

Aquellas historias que no desearía que hubiesen acabado jamás, que hacían crecer la imaginación a cada instante, que la mayoría de las veces me dejaban el corazón en un puño…

          Ahora tengo la necesidad de hacer sentir a los niños aquello que un día sentí yo. Por eso, considero el cuento como protagonista de la literatura infantil. Pero, antes de centrarme en ello, me gustaría hacer un repaso sobre algunos aspectos a tener en cuenta sobre este tema.

          La literatura infantil es un concepto que debe cumplir dos funciones: por una parte, tendrá que ejercer un papel integrador, para que nada de lo que se considere literatura infantil quede fuera de ella y, por otra parte, actuar como selectiva, para garantizar que sea literatura.

          Tenemos que tener presente que toda la literatura infantil no fue intencionadamente creada para los niños, sino que, los niños se las apropiaron, o bien los adultos se las destinaron, como puede ser el caso de cuentos tradicionales, romances o canciones utilizadas en juegos…

          La Educación Infantil es la etapa escolar más adecuada para este tipo de literatura, por las características que tienen los niños de esta edad: la fantasía, la imaginación… Por ello, los educadores tenemos que tenerla muy presente en el día a día y hacer partícipes a las familias.

 EL CUENTO:

          El cuento es uno de los principales pilares de la literatura infantil y un excelente medio de enseñar y aprender, porque favorece el desarrollo cognitivo de los pequeños, enriquece su vocabulario y fomenta el desarrollo lingüístico, ayuda a mantener la atención, desarrolla la memoria, la imaginación, la creatividad, favorece la adquisición de hábitos, desarrolla la empatía, la solidaridad y multitud de otros valores.

         Cuando les contamos a los niños un cuento, nos suelen repetir, hasta la saciedad: “otra vez” o “cuéntame otro”; por eso es fundamental contar bien un cuento y sacar de él todo el rendimiento posible.

          Cuando trabajamos con cuentos o literatura de cualquier tipo en clase, hemos de ser conscientes del grupo de niños a los que va dirigido: la edad, los intereses, el centro de interés que se esté trabajando en ese momento…

          El momento del cuento debe ser especial, no puede ser considerado como una actividad de relleno, sino como una actividad didáctica. Debe haber un espacio destinado en clase para este fin, como el rincón de los cuentos, de la biblioteca o de la fantasía. Es un momento de tranquilidad y reposo.

          A la hora de contar el cuento tenemos que ser conscientes de que lo que los niños van a percibir de él son nuestras palabras, ya que ellos no saben leer aún; por eso, es necesario utilizar un lenguaje correcto, variado, para ampliar el vocabulario, y contarlo de modo especial, con gestos, modulando la voz, usar onomatopeyas, con entusiasmo, como si lo estuviéramos viviendo.

Una vez que hemos llegado al final, al “colorín colorado”, llega el comienzo de una amplia gama de actividades para trabajar multitud de conceptos, procedimientos y actitudes.

A modo de ejemplo, podemos destacar:

-        Las propuestas de G. Rodari en su Gramática de la Fantasía, donde nos propone técnicas para trabajar una vez que ha terminado el relato. Por ejemplo: el binomio fantástico, ensalada de cuentos, ¿qué pasaría si…?, ¿qué ocurre después?… Podemos pensar, por ejemplo, ¿qué hubiera pasado si los tres cerditos hubieran hecho su casita de paja o si Blancanieves en vez de enanitos se hubiera encontrado con gigantes?

-         Preguntar  a los niños cuáles han sido sus personajes favoritos y darles la opción de pintarlos, de modelarlos con plastilina o arcilla, realizar móviles en el rincón de arte, etc.

-         Proponer a los niños alternativas del final de la historia. Por ejemplo, preguntarles si prefieren que Hansel y Gretel vayan a la casita de chocolate, a un barco de cáscara de nuez o a un bosque de juguete, y a partir de ahí crear una nueva historia.

-         Hacer una representación de teatro o con marionetas e incluso un taller donde los padres puedan participar.

          Estas son algunas de las actividades para trabajar el cuento desde un punto de vista creativo y divertido para los pequeños, que, sin duda, les hará “engancharse” a la lectura.

BIBLIOGRAFÍA Y REFERENCIAS LEGISLATIVAS:

  • JARQUE, GARCÍA, J., Cuentos para portarse bien en el colegio, Educación Infantil y Primaria, Ed. CCS, Alcalá, Madrid, 2009 
  • RODARI, G., Gramática de la fantasía. Introducción al arte de inventar historias, Ed. Planeta, Barcelona, 2000
  •   DECRETO 4/2008, de 11 de enero, por el que se aprueba el Currículo de Educación Infantil para la Comunidad Autónoma de Extremadura, DOE, 18 de enero de 2008, núm. 12, p.1226-1272.
  •  www.elvalordeuncuento.es

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