VALORES, CIMIENTOS DE UNA EDUCACIÓN

Autora: Ana María Vega Llano

A la educación le atañe la formación y el bienestar de las personas y, de manera explícita, busca el desarrollo integral del individuo para un ejercicio pleno de las capacidades humanas. Para conseguir este fin se necesitan sólidos cimientos sobre los cuales basar las decisiones y comportamientos, de modo que éstos se correspondan con los postulados legales. Tales cimientos son los Valores y Actitudes. Éstos permitirán lograr un desarrollo humano integral que forme y prepare al hombre de cara a los problemas del mundo actual a fin de que pueda participar de manera coherente y propositiva en su solución.

La educación ordena diversas cualidades: perfecciona al hombre. Lo acaba, o lo cumple; siendo la educación el proceso de perfeccionamiento del sujeto y mientras exista este proceso habrá educación, por lo que se dice que hay educación porque hay perfectibilidad, y esta perfectibilidad exige realización.

La educación es una variante del desarrollo lógico de la idea de que el hombre es contingente, imperfecto, inacabado y que, por lo tanto, debe completarse, acabarse. La educación es un acabamiento, por lo que no debe ser sólo de un tipo pues se requiere de cada uno de los momentos por los que ha pasado la educación para hacer con ellos una educación integral, no solamente liberal, o social ni aristócrata, ni demócrata, así como idealista, o realista, ni de tradición y mucho menos modernista.

La educación es igual a desarrollo del hombre, es de su esencia, es de su naturaleza, y toda la educación dependerá de lo que se entiende por naturaleza humana.

Así, se tiene que si la educación es liberal, su base es individualista, supone libertad ante todo, neutralidad, no interferencia, soluciones dejadas al azar o al tiempo, supone que todo, aún lo no previsto se equilibra por sí, sucede, o sea racionalmente, por lo que no hay valores o principios básicos, pues el único valor es la libertad. La realidad social es racional, las fuerzas se oponen y equilibran mutuamente porque hay razón organizadora de los hechos, de ahí la libre competencia, el desarrollo natural de formas y técnicas más complejas, el progreso como inmanente a la vida humana. Pero lo que se tiene con este modelo es una sociedad de competencia en la que los valores no existen. Así se tiene que la competencia libre y el ajuste individual son característicos del modelo liberal de la educación.

La educación debe dar a los individuos un interés personal en las relaciones sociales, y la posibilidad de participación en los intereses de la sociedad en condiciones iguales. La posibilidad de compartir intereses comunes sólo está dada por la igualdad de oportunidades y para tener un gran número de valores en común todos los miembros del grupo deben poseer una oportunidad equitativa para recibir y tomar de los demás. Además, ha de brindar la máxima posibilidad de participación y el mayor número de intereses, ya que no hay individuos predeterminados para cierto sector de intereses pero, precisamente como existe una diversidad de intereses personales, es difícil que la educación sea meramente social.

A la educación le atañe la formación y el bienestar de las personas y, de manera explícita, busca el desarrollo integral del individuo para un ejercicio pleno de las capacidades humanas. Para conseguir este fin se necesitan sólidos cimientos sobre los cuales basar las decisiones y comportamientos, de modo que éstos correspondan con los postulados legales. Tales cimientos son los valores y las actitudes.

Los valores constituyen la base de las actitudes y las conductas externas; son los cimientos de una educación encaminada a lograr un desarrollo humano integral que busca formar al hombre y preparar al profesionista pero, además, se necesita desarrollar y profundizar una serie de valores y actitudes que permitan a este profesionista normar un criterio sobre los problemas del mundo actual a fin de que pueda participar de manera coherente y propositiva en su solución.

De hecho, la  LOE engloba bajo el término EDUCACIÓN EN VALORES no sólo los temas transversales sino también valores como solidaridad, honestidad, amistad, compañerismo,… que no serán exclusivos de un área en concreto sino que estarán interrelacionados con los objetivos de todas las áreas, las competencias básicas y sobre todo con los objetivos de la etapa, pues en ellos se persigue de manera clara y contundente la formación integral del alumno en todos aquellos aspectos que le enseñen a vivir en sociedad.

Desde la iniciativa de enseñanza/aprendizaje integradora que atiende a la diversidad, la igualdad, el respeto y la maduración personal nace la educación en valores. Destacan los siguientes: educación moral y cívica,  educación para la salud, educación para la paz, educación del consumidor, educación para la igualdad de oportunidades entre los sexos, educación sexual, educación ambiental y educación vial.

BIBLIOGRAFÍA:

-   Osnaya, Irma: Filosofía de la Educación; Razón y Palabra, número 33, julio de 2003.

- Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE) (BOE núm. 106, 04-05-2006).

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