LA HIPERACTIVIDAD EN EL AULA

Autora: Patricia García Benítez

          La hiperactividad es un síndrome conductual con bases neurobiológicas con un fuerte componente genético. Se refiere a un estado físico en el cual una persona muestra un alto nivel de actividad, que no se considera normal.

           El TDAH tiene tres síntomas básicos: hiperactividad, impulsividad y falta de atención, identificados en el DSM-IV de la siguiente manera:

Ítems de hiperactividad-impulsividad

  • Inquietud, se mueve en el asiento
  • Se levanta cuando debería estar sentado
  • Corre y salta en situaciones inapropiadas
  • Dificultad para jugar tranquilamente
  • Excitado a menudo, “como una moto”
  • Verborrea
  • Responde antes de que finalice la pregunta
  • Dificultad para guardar el turno en actividades de grupo
  • Interrumpe a otros en los juegos, conversaciones, etc

 

Ítems de inatención

  • No atiende detalles, comete errores
  • Dificultad para mantener la atención
  • Sordera ficticia
  • No sigue instrucciones, no termina las tareas
  • Dificultad para organizarse
  • Evita tareas que requieren esfuerzo continuado
  • Olvida y pierde cosas necesarias para su actividad
  • Fácil distraibilidad por estímulos externos
  • Olvidadizo en las actividades diarias

 

          El TDAH tiene predominio de hiperactividad / impulsividad cuando se detectan 6 o más ítems de hiperactividad / impulsividad y menos de 6 ítems de inatención.

          El TDAH tiene predominio de inatención cuando se detectan 6 o más ítems de inatención y menos de 6 ítems de hiperactividad / impulsividad.

           Se considera un TDAH combinado cuando se detectan 6 o más ítems de hiperactividad / impulsividad y 6 o más ítems de inatención.

          En cualquier caso, todos estos ítems deben persistir más de 6 meses, en dos o más lugares (colegio, casa, etc.).

           Por tanto, un niño/a hiperactivo puede reaccionar emocionalmente, ser distraído fácilmente, ser impulsivo, es decir, que hace las cosas sin pensar en sus consecuencias, y tiene una capacidad de concentración corta.
Habitualmente, los síntomas empeoran en las situaciones que exigen una atención o un esfuerzo mental sostenido o que carecen de atractivo o novedad para él. Por ejemplo: hacer los deberes, escuchar o leer textos largos…

          Es un trastorno muy prevalente que, según estimaciones, afecta a un 9% de los niños/as; lo cual significa que 9 de cada 100 niños/as tienen TDAH. Por lo que si un colegio tiene 300 alumnos/as, es posible que entre 24 y 30 de ellos tengan TDAH. Es más frecuente en varones. De hecho, estos tienen tres veces más TDAH que las niñas, pero se desconocen los motivos. N[]o se han demostrado diferencias entre diferentes áreas geográficas, grupos culturales o niveles socioeconómicos.

           Los niños con déficit de atención tienden a presentar otros problemas asociados, puesto que más del 85% tiene dificultades de aprendizaje (aritmética, lectura, memorización…) y fracasa en la escuela; más del 40% tienen problemas visuales y un 35% tiene distorsionada la escucha y el procesamiento de la información auditiva. Por otro lado, casi todos tienen baja autoestima, puesto que presentan alteraciones emocionales  como angustia, irritabilidad que termina en berrinches, escasa tolerancia a la frustración, pueden presentar sentimientos de culpa…

           El maestro/a debe seguir una serie de estrategias a la hora de intervenir con un niño con TDAH en el aula. Por ejemplo: es importante que mantenga una estrecha relación con la familia del alumno/a y los profesionales que participen en el tratamiento de éste. Es imprescindible el trabajo en equipo con el resto de maestros/as, sobre todo con el profesor/a de apoyo. El docente tiene que ser un buen modelo para sus alumnos/as en la resolución de problemas. Debe, además, saber elogiar y recompensarlos, establecerles límites y aplicar consecuencias, enseñarles habilidades sociales…

          Pero si hay un aspecto que cobra gran relevancia en el trabajo con alumnos/as con TDAH, es estructurar su ambiente. El maestro debe informar de las reglas y normas de la clase y que estas estén siempre a la vista. Al igual se debe hacer con los horarios y las tareas diarias, para lo cual sería favorable usar agendas. Además, debe establecer actividades que impliquen movimiento: estiramientos, cruzar piernas, borrar la pizarra, repartir los cuadernos… haciéndole partícipe de las rutinas del aula. Debe proporcionar descansos frecuentes y regulares, proporcionar un refuerzo positivo cuando haya terminado la tarea, mostrar interés cuando esté trabajando correctamente en su mesa.

          Sobre todo, es fundamental, que el alumno/a no se sienta olvidado dentro del aula.

 

Fuentes:

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