LA ORGANIZACIÓN DE LA CLASE Y DE LAS ACTIVIDADES EN EL ÁREA DE EDUCACIÓN FÍSICA

Autor: Ángel Pinilla Torres

INTRODUCCIÓN

            Hoy en día, al área de Educación Física se desarrolla en unas condiciones especiales, como son la gran variedad de actividades y situaciones que se dan en una sesión, así como la diversidad de espacios donde se puede desarrollar. Estos aspectos ponen de manifiesto la importancia que adquiere una adecuada organización tanto de grupos como de tareas.

            Esta situación convierte el área de nuestra competencia en un amplio escenario de grandes posibilidades y alternativas de actuación docente. De ahí la relevancia de una adecuada planificación y organización del proceso de enseñanza – aprendizaje, orientado a la consecución de objetivos y al desarrollo de las Competencias Básicas.

1.- LA ORGANIZACIÓN DE LA CLASE

            La organización de cualquier proceso de enseñanza – aprendizaje comienza en el momento en el que un maestro (en este caso de Educación Física) se responsabiliza de una clase en un recinto que llamamos pista polideportiva, aula de Educación Física, gimnasio, patio de colegio, pabellón, etc. y se ve implicado en un proceso educativo con un grupo de niños y niñas de entre 6 y 12 años.

            Las clases de Educación Física presentan unas características muy concretas y especiales, debido a que se realizan generalmente en espacios abiertos y con el grupo de alumnos en movimiento, motivo que acentúa aún más la necesidad de estudiar las principales condiciones y características que debemos tener en cuenta en la organización de la clase.

           1.1.- La organización del grupo – clase:

            Tradicionalmente, los agrupamientos se han considerado como algo dirigido por al maestro y que se utilizaban en función de las necesidades de la tarea a realizar. Las estructuras de organización se caracterizaban sobre todo por formas geométricas (en círculo, en filas perfectamente alineadas, en rombo, en forma de rectángulo, etc.)

            Sin embargo, en la escuela actual podemos comprobar que los agrupamientos están influidos en gran medida por las relaciones sociales y afectivas que se suceden dentro del grupo, y las estructuras organizativas son más aleatorias, y no tan dirigidas. Un claro ejemplo que se ve a diario es la casi radical división de la clase en niños y niñas, que se va reafirmando cada vez más a partir de 3º o 4º de Primaria. Otro claro ejemplo está en que siempre hay dos o tres alumnos con los que nadie quiere realizar ciertas actividades y que son marginados por causas de etnia, biotipo, minusvalía, economía familiar, falta de higiene, etc.

            Ante estas situaciones, el maestro debe actuar inmediatamente y no pasar ningún comportamiento de este tipo, realizando los ajustes necesarios en el grupo o en las tareas para solucionar el problema en cuestión.

            De forma generalizada, existen tres tipos de agrupamiento:

            – En Gran Grupo: donde el trabajo es masivo y todos realizan la actividad al mismo tiempo.

            – Pequeños Grupos: parejas, tríos o un número reducido de niños y niñas, que pueden participar de forma simultánea, alternativa o consecutiva, según la actividad.

            – Participación Individual: es aquella en la que los alumnos realizan tareas diferentes de forma simultánea, que van dirigidas a cada uno de los alumnos de forma específica. Estas tareas las van realizando en función de su propio ritmo personal.

           

1.2.- La organización del Maestro:

            Es imprescindible que nosotros, como maestros, adoptemos una serie de actitudes y comportamientos que van a influir de manera positiva en la organización de nuestra docencia, como, por ejemplo, la  preparación de las clases, la ubicación y los desplazamientos durante la sesión, la organización de la información a transmitir (clara, precisa y concisa), un adecuado conocimiento de los resultados… es decir, toda una serie de aspectos que el maestro debe tener en cuenta para organizar su propio trabajo.

1.3.- La organización del espacio:

            Se realizará en función del número de alumnos con los que contemos y del material que dispongamos para la realización de la actividad.

            Fernando Sánchez Bañuelos expone que un espacio bien organizado es aquel que cumple tres requisitos:

            – Que permita la mayor posibilidad de asimilación en el aprendizaje.

            – Que permita la máxima participación del alumnado.

            – Que posibilite la individualización de la enseñanza.

  1.4.- La organización del tiempo:

            Es muy importante que el grado de participación de los alumnos sea el mayor posible, reforzando la puntualidad, el orden y la rapidez en al cambio de actividad. Debemos eliminar comportamientos pasivos y que tiendan a retrasar la clase, así como las actividades que no estén relacionadas directamente con los objetivos de la sesión.

            Del comportamiento del maestro también va a depender el tiempo de práctica de los alumnos. Para aprovechar al máximo el tiempo de trabajo en clase, el maestro debe informar previamente de las tareas, organizar los grupos, el material, el espacio, las correcciones… y delegar funciones en los alumnos.

 

 2.- ORGANIZACIÓN DE ACTIVIDADES DE EDUCACIÓN FÍSICA

            La realización de las actividades de una sesión debe planificarse y organizarse con tiempo, para evitar así la improvisación. Por lo tanto, se trata de tener en cuenta qué tareas debemos elegir en función de los objetivos que queremos conseguir, de las características psicoevolutivas de los alumnos y, sobre todo, de las posibilidades de material, instalaciones y la temporalidad y frecuencia de las sesiones de Educación Física.

            Cuando las tareas se organizan en función de una planificación, hemos de tener en cuenta los siguientes factores:

  • Técnico – Motriz: se deben atender las cualidades motrices y la adquisición y perfeccionamiento de habilidades básicas.
  • Fisiológico: las tareas que se propongan a los alumnos deben estar adecuadas al nivel de desarrollo funcional de los mismos.
  • Psicológico: permitirá una adecuada consecución de los objetivos planteados.

            No todas las actividades son válidas para cualquier alumno y eso implica, por parte del maestro, una serie de decisiones en función de su contexto y de los objetivos establecidos. De forma general, las actividades a plantear deben tener las siguientes características:

  • Deben abarcar un amplio espectro de aprendizajes.
  • Deben conectar con la cultura  motriz y con las ideas previas de los alumnos.
  • Deben ser tareas relevantes, es decir, que les sirvan para algo.
  • Las actividades deben suponer verdaderos retos alcanzables, para que susciten la motivación de los alumnos.

            Al mismo tiempo, estas características de las actividades requieren de una cierta dotación de recursos materiales e instalaciones, ya que sin ellos sería imposible llevar a la práctica un proceso de enseñanza – aprendizaje.

BIBLIOGRAFÍA:

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    BLAZQUEZ, D. (1993): Fundamentos de la Educación Física para la Educación Primaria. Inde. Barcelona.
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    PILA TELEÑA, A. (1985): Educación Físico – Deportiva. Pila Teleña. Madrid.
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    TINNING, R. (1992): Educación Física: La escuela y sus profesores. Universitat de Valencia.

 

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