ESCRIBIR CORRECTO: LA IMPORTANCIA DE LA ORTOGRAFÍA
Autora: Cristina García Noriega
“Una de las principales calidades, que no solo adornan, sino componen cualquier idioma, es la ortografía, porque sin ella no se puede comprender bien lo que se escribe, ni se puede percibir con claridad conveniente lo que se quiere dar a entender” (Diccionario de autoridades, 1726)
*Haver (con “v), *Iva (pero no el “Impuesto sobre el Valor Añadido”, sino el pretérito imperfecto del verbo “ir”, también con “v”), *“honrrar” (con doble “r”), *”valla” (como interjección, con “ll”, por ultracorrección, aunque sin saberlo), * “e estado” (sin “h”), *aprovar (con “v”), * “estube” (con “b”, ¿será porque se parece a “Youtube”?), * “cojer” (con “g”), o *extrés (con “x”, porque parece que la “x” representa mejor la tensión que la “s”) son algunos de las muchas faltas de ortografía que podemos encontrar en e-mails, mensajes de móviles (en estos casos a veces “justificadas” por ahorrar espacio y, por tanto, dinero), trabajos y exámenes de nuestros alumnos.
Y es que el caudal de faltas de ortografía de estos es uno de los grandes problemas con los que nos encontramos día a día en la enseñanza. Y lo peor es que no es solamente un “problema” escolar, pensamiento que tienen nuestros alumnos y que hace que solo les importe porque les fastidia que las temidas faltas les puedan bajar la puntuación del examen; sino que va más allá, pues pertenece a la vida cotidiana: cartas, currículos, solicitudes, instancias, denuncias… Todos estos tipos de documentos se tienen que poner por escrito y es imprescindible que vayan impecables, no solo en redacción sino también en lo que a ortografía se refiere. De ahí la relevancia de inculcarles a nuestros alumnos la necesidad de prestar atención a este conjunto de normas que regulan la escritura de una lengua y que se conoce con el nombre de ORTOGRAFÍA.
Pero, ¿por qué suelen cometerse errores ortográficos? Habrá muchas posibles respuestas a esta pregunta y lo que sí hay que desterrar es la creencia de que esta está ligada a la inteligencia, pues hay personas verdaderamente inteligentes que tienen auténticos problemas con la ortografía y viceversa. Básicamente, las faltas de ortografía suelen asociarse, además de al desconocimiento de la norma, a falta de atención (algo que se comprueba claramente cuando encontramos la misma falta cometida por la misma persona una y otra vez cuando ya se la hemos corregido), a no revisar lo escrito (es una mala costumbre de los alumnos terminar el examen y entregarlo sin repasarlo), a falta de vocabulario (la falta de caudal léxico hace que no puedan sustituir la palabra que no saben cómo se escribe por otra con igual significado) y a hábitos de escritura que se pueden considerar “perezosos” (no molestarse en buscar la palabra “dudosa” en el diccionario). Todo ello genera no solo el empleo incorrecto de letras, sino también de tildes (a veces por exceso y a veces por defecto), mayúsculas, minúsculas, signos de puntuación y demás que hacen que muchas veces los escritos resulten ilegibles. Por eso, de la misma forma que practicamos la redacción en clase, debemos trabajar la ortografía, pues ambas son habilidades básicas para manejar la competencia en la lengua escrita.