INTERVENCIÓN EDUCATIVA DEL NIÑO HIPERACTIVO EN LAS CLASES DE EDUCACIÓN FÍSICA

Autora: Milagros García Habernau

          Prácticamente se ha oído y utilizado más de una vez el término hiperactivo, por lo general como un calificativo más o menos benigno referido a aquellos niños que presentaban una actividad motriz por encima de lo normal. Este uso popular del término ha hecho que se asocie al niño hiperactivo con un niño malcriado, travieso o con graves problemas de conducta. Pero eso no es así siempre; para llegar a un diagnóstico preciso se requiere una evaluación llevada a cabo por un profesional bien preparado. No vale con observar que  el niño es impulsivo, porque hay muchos otros síntomas.

           Dentro del campo de la psicopatología, este término se refiere a un cuadro sintomatológico de base neurológica que  puede degenerar en problemas importantes, pero que poco tiene que ver con el niño travieso o malcriado  y que, solo en algunos casos, puede ser asociado a problemas de conducta.

           Hay que tener en cuenta que todos los niños son desatentos e impulsivos y exhiben altos niveles de energía de vez en cuando. En el caso de AD/HD, esta conducta es evidente casi todo el tiempo. Cuando el niño exhibe la conducta descrita más arriba, típica del AD/HD, aún si lo hace en forma consistente, este niño no tiene este desorden. Por supuesto, de tiempo en tiempo, todos los niños son desatentos, impulsivos, y demasiado activos. Con los niños que tienen AD/HD, estas conductas son la regla, no la excepción.