LA LATERALIDAD DEL ALUMNO/A EN LA EDUCACIÓN PRIMARIA

Autora: Miryan Santos Pizarro

La Lateralidad es la predominancia de nuestros órganos.

          Se define como la predominancia de uno u otro de dos miembros u órganos simétricos, tales como una mano, un ojo… lo cual determina la existencia de los diestros y los zurdos, tanto manuales como oculares.

          La lateralidad corporal es la preferencia en razón del uso más frecuente y efectivo de una mitad lateral del cuerpo frente a la otra. Inevitablemente hemos de referirnos al eje corporal longitudinal que divide el cuerpo en dos mitades idénticas, en virtud de las cuales distinguimos dos lados derecho e izquierdo y los miembros repetidos se distinguen por razón del lado del eje en el que se encuentran (brazo, pierna, mano, pie… derecho o izquierdo). Igualmente, el cerebro queda dividido por ese eje en dos mitades o hemisferios que, dada su diversificación de funciones (lateralización), imponen un funcionamiento lateralmente diferenciado. 

Sus tipos son: 

-         Lateralidad cruzada: cuando predomina en un miembro del cuerpo el lado derecho y en otro el izquierdo (ojo izquierdo dominante – mano derecha dominante). 

-         Lateralidad contrariada: zurdos o diestros que por imitación u obligación utilizan la otra mano o pie. 

-         Lateralidad indefinida: cuando usa indiferentemente un lado u otro, o duda en la elección. Este tipo puede producir o no problemas de aprendizaje, ya que los niños que tienen esta lateralidad indefinida son inseguros y con reacciones muy lentas.

           Se produce el ambidextrismo, en el que no existe una dominancia manual manifiesta.

 -         Dextralidad: es el predominio del ojo, mano, pie y oído derecho.

 -         Zurdería: es el predominio del ojo, mano, pie y oído izquierdo.

           La lateralidad corporal permite la organización de las referencias espaciales, orientando al propio cuerpo en el espacio y a los objetos con respecto al propio cuerpo. Facilita, por tanto, los procesos de integración perceptiva y la construcción del esquema corporal.

 La lateralidad se va desarrollando siguiendo un proceso que pasa por tres fases:

 -         Fase de identificación, de diferenciación clara (0-2 años)

-         Fase de alternancia, de definición por contraste de rendimientos (2-4 años).

-         Fase de automatización, de preferencia instrumental (4-7 años).

          En la educación infantil se debe estimular la actividad sobre ambas partes del cuerpo y sobre las dos manos, de manera que el niño o la niña tenga suficientes datos para elaborar su propia síntesis y efectuar la elección de la mano preferente.

          En caso de que falle la organización lateral, podemos encontrar una sintomatología muy variada entre las que destacan:

 -         Alteraciones de los procesos de integración y ordenación de la información, las inversiones y la concepción general del espacio y las dificultades para organizarse en un espacio y un tiempo.

-         Actitudes de inseguridad, falta de decisión o inestabilidad.

-         Problemas psicomotrices o vegetativos.

          Todos ellos pueden desembocar en irritabilidad, problemas de relación con los compañeros o, incluso, falta de equilibrio emocional.

 

Las características que pueden llevar a pensar en un problema lateral del niño son:

-          Velocidad lectora y comprensiva lenta (pudiendo aparecer separada o conjuntamente)

-         Confusiones derecha – izquierda (provoca grandes dificultades en Matemáticas)

-         Aparición de inversiones: producen dislexia, disgrafía,…

-         Nivel de comprensión mayor oral que escrito

-         Fallos en la orientación temporal

          Todo esto provoca una desmotivación profunda, por lo que se da un rechazo hacia las tareas escolares, pudiendo acabar en un fracaso escolar.

 

          Los Factores que influyen o determinan la Lateralidad podemos clasificarlos en tres grupos:

-    Factores Neurofisiológicos: dentro de los factores neurofisiológicos podemos encontrar dos teorías totalmente opuestas; una de ellas piensa que, puesto que existen dos hemisferios cerebrales y se produce el dominio de uno frente al otro, se va a ver determinada la Lateralidad. En contraposición a esta opinión, otros autores indican que todas las actividades han de ser realizadas por ambos hemisferios, por lo que aún no se ha podido determinar la incidencia o no de este aspecto, sobre la Lateralidad.

 -     Factores Sociales: dentro de los factores sociales podemos destacar:

 La significación religiosa: antiguamente se forzaba el uso de la mano derecha, porque el uso de la izquierda se consideraba un pacto con las fuerzas malévolas y misteriosas, considerando la derecha como divina y pura.

Lenguaje: en el lenguaje escrito, la escritura la realizamos de izquierda a derecha, de tal forma que el zurdo tapa lo que va escribiendo. En el lenguaje oral, “diestro” se ha considerado como algo bueno y “zurdo” como siniestro. De ahí expresiones como “es su ojito derecho” o “se ha levantado con el pie izquierdo”…

 

-         Factores ambientales: dentro de los factores ambientales podemos incluir los familiares (forma de coger al bebé y mecerlo), mobiliario y utensilios. De tal forma que la sociedad, está hecha y organizada para diestros, teniendo los zurdos grandes complicaciones para su adaptación a ella.

-          Factores genéticos: se ha podido constatar mediante diversos estudios clínicos que la preferencia lateral, en gran medida, viene determinada por la herencia, de tal forma, que la lateralidad de los hijos vendría influenciada por la de los padres. Todos los estudios que hemos encontrado coinciden en que un tanto por ciento de niños zurdos nacidos de padres que también lo eran, un 46%, mientras que si tan solo uno de los padres era zurdo, el porcentaje disminuía a un 17%, y a un 2% en el caso de que ambos padres fueran diestros. Estos porcentajes varían de unos estudios a otros pero todos confirman lo mismo. Actualmente se tiende a pensar que la Lateralidad viene determinada por un conjunto de todos los factores anteriormente expuesto.

 

BIBLIOGRAFÍA:

  • -         FERNÁNDEZ ARRIETA, J.A. (1991): Psicomotricidad y creatividad 3. Madrid. Bruño.
  • -         GARCÍA NUÑEZ, J.A. y FERNÁNDEZ VIDAL, F. (1994): Juego y psicomotricodad. Madrid. Cepe.
  • -         LE BOULCH, J. (1981): La educación por el movimiento en la edad escolar. Barcelona. Ed. Paidós.

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