NUEVAS FORMAS PARA MOTIVAR A LOS ALUMNOS
Autora: Consolación Cosmo González
La actual Ley Orgánica de Educación de 3 de Mayo de 2006 establece, en su artículo 16, la finalidad de la etapa de Educación Primaria: “proporcionar a todos los niños y niñas una educación que permita afianzar su desarrollo personal y su propio bienestar, adquirir las habilidades culturales básicas, así como desarrollar las habilidades sociales, los hábitos de trabajo y estudio, el sentido artístico, la creatividad y la afectividad.”
Para ello el maestro se plantea unos objetivos y unas metas superiores a alcanzar: las denominadas Competencias Básicas.
De esta manera, consideramos que si un alumno es competente en matemáticas, en lengua, o es bueno en habilidades sociales será porque ha alcanzado un éxito importante en su proceso de enseñanza-aprendizaje.
Pero, y aquí llegamos “al espinoso” tema en cuestión, ¿están todos los niños y niñas predispuestos a aprender?, ¿poseen todos los alumnos la suficiente motivación como para trabajar en pro de su propio aprendizaje? Desafortunadamente la respuesta es negativa.
“La motivación la entendemos como ese deseo que nos anima e impulsa para lograr una meta o propósito”. En el caso que nos ocupa sería la inclinación positiva hacia el estudio y el trabajo personal. Esta puede ser intrínseca, cuando el tema a aprender suscita un interés personal en los estudiantes, o bien motivada por factores externos al sujeto, es decir, el deseo por conseguir una recompensa o reconocimiento social.
En nuestro sistema educativo la escasa motivación hacia el estudio está relacionada con el fracaso escolar del alumno. A veces este puede proceder de ambientes poco estimulantes (destacamos el papel prioritario que juega las familias en este aspecto) o carecer de ese impulso interior por querer aprender.
Esto se traduce en que muchos alumnos no se enganchen a las explicaciones del maestro o no se interesen en absoluto por los aprendizajes escolares.
¿Qué hacer ante esos alumnos y alumnas?
Por supuesto no podemos ofrecer fórmulas mágicas, pero sí un espacio para la reflexión sobre nuestro trabajo como docentes, buscando nuevos retos, nuevas estrategias y recursos con las que poder captar la atención de esos alumnos “difíciles”.
Con respecto a las expectativas que se forjan maestros y educadores sobre sus alumnos podemos señalar la famosa experiencia de Robert Rosenthal que demostró que la “manera en que un profesor percibe a sus alumnos incide de forma muy significativa en sus resultados” (Efecto Pigmalión).
-La primera premisa por parte del maestro es no perder la esperanza con aquellos alumnos que presentan escasa o nula motivación hacia la tarea de aprender.
-La segunda podría ser la búsqueda de nuevas estrategias, nuevos patrones que se ajusten a metodologías más activas y creativas tal como la LOE exige en la actualidad.
En este artículo se pretende ofrecer una mirada práctica, unos recursos concretos y, sobre todo alentar, esas energías o expectativas que a veces no es sencillo mantener por parte de los maestros en el aula. Aunque no es una tarea fácil, no por ello debemos rendirnos.
Considerando el aprendizaje desde un planteamiento constructivista y teniendo presente que el alumnado debe ser el protagonista de sus propios aprendizajes, el maestro debe garantizar un abanico de actividades diversas que respondan a las necesidades reales y a los intereses de estos.
Algunas líneas de investigación que se están siguiendo en la actualidad apuestan por la introducción en las escuelas de nuevos instrumentos metodológicos. Por ejemplo, el ajedrez. Queda demostrado por numerosas investigaciones que favorece las capacidades intelectuales de los niños, mejora el rendimiento en matemática, lógica y lengua gracias a su método de razonamiento.
Según los estudios de Héctor Fiori, este juego o deporte “colabora con distintos tipos de habilidades intelectuales, fundamentalmente en la capacidad de concentración, de razonamiento lógico-matemático, la memoria y la resolución de problemas bajo presión.”
El origami o papiroflexia como recurso didáctico para la enseñanza de la geometría en los primeros años de la educación secundaria (pero siempre puede ser un buen referente para adaptar actividades a nuestro nivel).
Puede ser utilizado para desarrollar diferentes contenidos, no solo conceptuales, sino procedimentales, también contribuye a desarrollar habilidades motoras, que a su vez permitirán el desarrollo de la lateralidad, percepción espacial, psicomotricidad y la creatividad.
Y, por último, citaremos a las nuevas tecnologías, pues la escuela debe responder a las exigencias sociales del momento. Estas surgen no solo como una necesidad legislativa sino como una necesidad social. Internet como soporte didáctico ha aportado nuevas herramientas al servicio de la comunidad educativa. Veamos algunos ejemplos:
-Las web-quest nos permiten iniciar a nuestro alumnado en el trabajo por investigación guiado, integrando Internet en el aula de una forma motivadora.
-Crear una página web nos dará la oportunidad de compartir materiales y experiencias, así como abrir al exterior el trabajo que se realiza en las aulas.
-La pizarra digital permite apoyar las explicaciones del profesor utilizando a su vez las ventajas de internet.
-Otras posibilidades de internet nos permite abrir vías de comunicación a través de foros, chats, aulas virtuales, etc. y no podemos obviar que es una inmensa fuente de información que abre ventanas al mundo.
Volviendo a la LOE, y para hacer síntesis de lo anteriormente referido, el logro máximo de las Competencias Básicas pasa por poner en práctica nuevos métodos y estrategias que enfaticen el “saber hacer” de los alumnos, buscando recursos que persigan el desarrollo de los procedimientos.
La escuela no puede permanecer al margen de la sociedad tecnológica en la cual nos encontramos, sino que debe ofrecer a sus alumnos los conocimientos y aprendizajes que necesitan para saber enfrentarse a ella con una postura crítica y participativa.
Bibliografía:
- Ballenato Prieto Guillermo, Técnicas de estudio: el aprendizaje activo y participativo. Ediciones Pirámide.2005
- Mireille Fronty, Cómo enseñar a sus hijos a estudiar bien. Medici.2008
- LEY ORGÁNICA, 2/2006, de 3 de Mayo, de Educación, BOE, número 106 de 4/5/2006, páginas 17158 a 17207
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- www.matematicas.net/paraiso/origami.php?id=orimat