OBESIDAD INFANTIL Y EDUCACIÓN FÍSICA

Autora: María Luisa Paloma Luna

          Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad y el sobrepeso han alcanzado caracteres de epidemia a nivel mundial. Las cifras asustan. Más de mil millones de personas adultas tienen sobrepeso y, de ellas, al menos 300 millones son obesos.

          Para muchas familias, el tener un hijo gordito, mofletudo, y lleno de pliegues es todo un logro, una señal de que el niño está bien, fuerte, y lleno de salud. Pero los expertos en nutrición infantil no piensan igual y van a más: dicen que estas familias están muy equivocadas: lo que importa no es que el niño esté gordo o delgado, lo que interesa es que el niño esté sano. Y es ahí donde queríamos llegar. En la última Jornada Nacional sobre Obesidad y Factores de Riesgo Cardiovascular, realizada en Madrid, España, se diagnosticó la obesidad infantil como una enfermedad emergente. Tanto en Europa como en Estados Unidos, desde los años noventa hasta hoy, la incidencia de la obesidad infantil se ha duplicado. España se ha convertido en el cuarto país de la Unión Europea con mayor número de niños con problemas de sobrepeso, presentando un cuadro de obesidad en un 16,1% entre menores de 6 a 12 años de edad, superado apenas por los datos de Italia, Malta y Grecia. Un hecho alarmante en una sociedad que lleva en su “currículo” una de las mejores dietas alimentares del mundo: la dieta mediterránea, y en el cual hace solo cinco años presentaba apenas un 5% de menores obesos.

 

CAUSAS DE LA OBESIDAD INFANTIL

           Según los especialistas del tema, los cambios alimenticios y las nuevas  formas de vida son los principales desencadenantes en el aumento de la obesidad. Es decir, los criterios alimentares y la correría cotidiana de los padres son algunos de los factores que contribuyen a que los niños presenten sobrepeso.

            Los padres pecan con la preocupación exagerada por la cantidad de comida que consumen los niños. Les ofrecen unos menús sin considerar los controles en cuanto a las grasas, azúcares, y otros componentes que solo engordan. Existen más informaciones sobre el tema, pero los hábitos siguen cambiando para peor. Lo ideal, según los expertos, es que un niño consumiera unas dos mil calorías diarias y que, mitad de ellas, fuese cubierta por los hidratos de carbono, un tercio por las grasas y el resto por proteínas. Pero, en lugar de comer pan, arroz o legumbres, los niños están comiendo dulces, refrescos y golosinas.

          

          Entre otras causas, una de las principales es el sedentarismo infantil.

  • Sedentarismo infantil

          Aparte del consumo de alimentos con alto contenido en grasas y azúcares, el sedentarismo de muchos niños les hace más obesos. El practicar una actividad física es esencial a su crecimiento y a su salud. El estilo de vida que llevan los niños también ha cambiado mucho. La mayoría de las actividades que realizan se concentran en torno a la televisión, al ordenador y a los videojuegos. Muchas familias, por la falta de tiempo o por comodidad, acaban dejando a los niños delante de la televisión toda una tarde, en lugar de llevarlos al parque o a cualquier otra actividad que les favorezcan más. Los juegos al aire libre, las excursiones, los deportes, etc., son cada día sustituidos por actividades sedentarias.

 

  • Otros factores

           Existen, además del mal hábito alimentario y la falta de actividad física, que son los que encabezan los motivos por los que la sociedad tenga sobrepeso, otros factores que determinan la obesidad infantil: puede haber influencias sociales, fisiológicas, metabólicas y genéticas. También se puede presentar obesidad en caso de que el niño sufra algún trastorno psicológico.

 

CONSECUENCIAS DE LA OBESIDAD INFANTIL

           Hay numerosos riesgos y complicaciones vinculados la obesidad:
-Consecuencias físicas: suponen un incremento del riesgo de padecer enfermedades coronarias, diabetes, cáncer (útero, mama, colon y próstata)… Por otro lado, con frecuencia los niños obesos presentan complicaciones ortopédicas.

-Consecuencias psicológicas: los niños obesos padecen sentimientos de inferioridad, rechazo y escasa autoestima que se mantienen hasta la edad adulta. La discriminación que sufren desencadena actitudes antisociales, depresión, aislamiento e inactividad, que induce a la ingesta de alimentos.

-Consecuencias psicomotrices: el exceso de peso en algunos casos puede producir insuficiente conocimiento del esquema corporal, mala coordinación…

 

COMPLICACIONES

  • Psicológicas:

         Es muy importante la repercusión que la obesidad tiene sobre el desarrollo psicológico y la adaptación social del niño. En general, las personas afectadas de obesidad no están bien consideradas en la sociedad. Se ha comprobado que los niños obesos tienen una pobre imagen de sí mismos y expresan sensaciones de inferioridad y rechazo. Por lo tanto, suelen presentar dificultades para hacer amigos. La discriminación por parte de los adultos o de los compañeros desencadena en ellos actitudes antisociales, que les conducen al aislamiento, depresión e inactividad, y frecuentemente producen aumento en la ingestión de alimentos, lo que a su vez agrava o al menos perpetúa la obesidad.

           Es también un gran problema encontrar vestimenta para los niños obesos, ya que es difícil que encuentren ropas de moda adecuadas para su talla. Además, estos niños presentan frecuentemente alteraciones del comportamiento, síntomas de depresión y ansiedad.

 

  • Médicas:

         La obesidad infantil tiene repercusiones  sobre la función pulmonar. Estos niños pueden presentar disnea de esfuerzo ante el ejercicio físico moderado e incluso insuficiencia respiratoria con intoxicación por dióxido de carbono. En casos de obesidad severa- moderada, existe un aumento en las infecciones respiratorias. Además, la obesidad favorece el bronco espasmo y empeora las crisis de asma. Muchas veces presentan también apnea durante el sueño. Los niños obesos tienen un nivel de actividad física disminuido: se cansan antes que sus compañeros y no pueden competir con ellos. 

           Por último, pero no menos importante, es la patología osteoarticular secundaria al excesivo peso que tienen que soportar las articulaciones. Ya durante la infancia el exceso de peso que acompaña a esta constituye una sobrecarga para el aparato locomotor, siendo frecuente encontrar en los niños obesos algunos trastornos ortopédicos.

TRATAMIENTO

          El objetivo del tratamiento en la infancia es conseguir un peso adecuado para la talla y conservar posteriormente el peso dentro de límites normales, al mismo tiempo que se mantiene un crecimiento y desarrollo normal. Teóricamente parece fácil, sin embargo, el tratamiento de la obesidad es uno de los problemas más difíciles y frustrantes para el pediatra, ya que los resultados obtenidos a largo plazo son desalentadores y muestran que del 80-90% de los niños vuelven a sus percentiles de peso previos, tasas de recidiva comparables a las observadas en adultos. Ante estos fracasos algunos autores se preguntan si vale la pena tratar la obesidad. Pues sí, la obesidad debe ser tratada después de un minucioso estudio del paciente.

           Por otro lado, hay que tener en cuenta que el tratamiento puede tener efectos secundarios: por ejemplo, una dieta excesivamente hipoenergética reduce el crecimiento estatural, o una dieta agresivamente impuesta puede suponer un empeoramiento de la autoestima, depresión, una ruptura familiar.

 

EDUCACIÓN FÍSICA COMO ALTERNATIVA A LA OBESIDAD

           Desde el ámbito de la Educación Física, el ejercicio físico en alumnos con sobrepeso debe apuntar a otras variables independientes de la bajada de peso en una primera etapa y más bien hacia una corrección de parámetros metabólicos y a una mejoría de la masa muscular con el objetivo de mejorar su capacidad física o de consumo de oxígeno.

          El ejercicio no es eficiente en la reducción de peso por sí solo a menos que sean grandes cargas de trabajo, pero expone al paciente a otra serie de alteraciones no deseadas.

            ¿Cómo podemos crear en nuestros alumnos un estilo de vida saludable ligado a la actividad física y deportiva? El tratamiento ideal de la obesidad es la prevención, y la escuela supone un lugar adecuado para ello, informando sobre la alimentación en general y educando en hábitos alimenticios saludables en particular, así como para promover y facilitar el desarrollo de ejercicio físico a través de la Educación Física. Pero no basta con el tratamiento de la obesidad a nivel individual, ni con la acción educativa de las escuelas, las autoridades sanitarias deben llevar a cabo estrategias globales de promoción de salud encaminadas a crear entornos favorables al ejercicio físico y a la alimentación sana que puedan contribuir a reducir el impacto de la obesidad en la salud pública.

           Dado el carácter multifactorial de la obesidad, el reto que afrontamos requiere de la participación de todos y de un conjunto de actuaciones sostenidas en el tiempo. Sólo así conseguiremos resultados positivos.

  

BIBLIOGRAFÍA:

  • Ministerio de Sanidad- España
  • Azprensa: Saludalia
  • Martínez Álvarez, B., Sánchez Planell, L., Tratamiento psicológico de la obesidad.

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