TALLER DE COCINA DE OTOÑO

Autora: María Isabel Gamero Pardo

          El otoño es uno de los Centros de Interés que se trabajan en nuestras aulas de Educación Infantil. Por tanto, son muchas y variadas las actividades que se pueden realizar teniendo como referente esta estación del año.

        En este artículo se expone una de ella, un taller de cocina en el que se elabora un dulce típico otoñal: el Dulce de membrillo.

          El taller en cuestión se hizo para todos los alumnos de la etapa de infantil.

          Durante los primeros días del mes de noviembre del curso pasado, mientras estaba en el CEIP “Hernando de Soto” de Barcarrota, fui partícipe de una actividad novedosa y original para mí, ya que nunca había tenido la oportunidad de hacerla.

           El objetivo principal de la experiencia era elaborar una receta con un fruto típico del otoño.

           Además, también nos sirvió para trabajar otros contenidos como:

-          Texturas.

-          Colores.

-          Sabores.

-          Olores.

-          Formas.

-          Lectoescritura.

-          Numeración.    

          Reunimos a los niños de infantil en una de las aulas de 3 años (en las olas). (Eran 118 niños más unos 40 de la Guardería ) y les explicamos que íbamos a elaborar una receta con un fruto típico del otoño. Mediante pistas los niños adivinaron el fruto: el membrillo.

           La abuela de uno de los alumnos del Castillo, así llamamos al edificio de la Guardería Municipal (que está dentro del colegio), había traído una bolsa repleta de membrillos.

           Mostramos a los niños uno de los membrillos y lo fuimos estudiando:

-         ¿Qué color tiene?

-         ¿Qué forma tiene?

-         ¿Es duro o blando?

-         ¿Es liso o rugoso?

-         ¿Es dulce o amargo?

-         ¿A qué huele?

-         ¿Es un fruto carnoso o seco?

           A continuación lavamos los membrillos y mostramos a los niños los ingredientes que íbamos a utilizar para elaborar la receta y los fuimos apuntando en la pizarra, además de contarlos:

-         Agua.

-         Membrillos.

-         Azúcar.

-         Zumo de limón.

-         Cáscara de limón.

           Seguidamente, una de las tutoras de 3 años, Adri, nos enseñó un aparato muy raro que se llamaba Termomix. Algunos niños lo habían visto pero otros no. Charlamos sobre cómo hacían las mamás y las abuelas esta receta y, casi todos coincidieron en que la elaboraban al “baño María”.

           Después, pelamos y troceamos los membrillos y echamos todos los ingredientes en la máquina. Al cabo de unos minutos todo se había transformado, ¡ya no había trocitos! Era una papilla espesa de color amarillo-anaranjado.

            Los niños pudieron comprobar por ellos mismos que, los trocitos de membrillo, el azúcar, el agua, la cáscara y el zumo de limón ¡ya no estaban! ¿Qué había pasado?

           Esta pregunta bastó para que todos los pequeños cocineros dieran su versión:

-         “Ha pasado lo mismo que con el Cola Cao y la leche: Lo echas por separado y luego se juntan”.

-         “No, porque si no le pones leche caliente no se juntan”.

-         “Se dice mezclar”.

-         “Sí, pero hay cosas que no se pueden mezclar”.

-         “¿Cómo qué?”, preguntó uno de los maestros.

-         “El agua con el aceite. Lo hemos visto en clase”.

-         “El cubo y la arena”.

           Así, los niños fueron exponiendo sus experiencias con las mezclas y fue muy instructivo.

           Al cabo de una hora en el frigorífico, el dulce de membrillo estuvo listo para su degustación pero… Surgió otra pregunta: “¿Por qué había cambiado de color?”

           Las respuestas fueron muy interesantes:

-         “Porque el aire lo ha puesto de otro color”.

-         “Eso le pasa a mi manzana cuando no me la como”.

-         “Las hojas de los árboles también cambian de color”.

-         “Sí, pero eso es porque estamos en otoño”.

          Resultó ser una experiencia muy productiva e interesante, tanto para ellos como para nosotros. Surgieron muchas preguntas y también se dieron muchas respuestas: unas más acertadas, otras menos pero, en definitiva, fue una jornada de experimentación y aprendizaje por descubrimiento.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

  •   LEY ORGÁNICA, 2/2006, de 3 de Mayo, de Educación, BOE, número 106 de 4/5/2006, páginas 17158 a 17207.
  •    DECRETO 4/2008, de 11 de enero, por el que se aprueba el Currículo de Educación Infantil para la Comunidad Autónoma de Extremadura, DOE, 18 de enero de 2008, núm. 12, p.1226-1272.

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