LA ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE: INNATISMO Y EMPIRISMO
Autora: Salvia Lois Lugilde
La oposición entre lo heredado biológicamente y lo adquirido a través del aprendizaje es una cuestión que todavía genera controversia en el mundo científico de hoy en día. Concretamente, la adquisición del lenguaje por parte de los/as niños/as puede ser vista desde perspectivas muy diferentes: la innata frente a la empírica.
La cuestión de cómo el ser humano adquiere el conocimiento en general es una gran discusión que llega hasta nuestros días y que existe desde hace ya mucho tiempo. Posiblemente, la teorización más antigua sobre este tema tuvo lugar en la Grecia clásica durante el siglo IV a.C. a respecto del concepto de virtud, entendido como una capacidad innata y hereditaria. Las teorías socrático-platónicas continúan en esta misma línea, pero con Aristóteles la virtud se desprende de los componentes anteriormente mencionados, afirmando y justificando que se aprende por la vía práctica, en contacto continuado con la vida ciudadana.
Posteriormente, este debate entre lo innato y lo adquirido por aprendizaje vuelve a aparecer con fuerza en el siglo XVII representado por las teorías racionalistas y empiristas respectivamente; para los primeros (Descartes, Leibniz…) la conciencia produce las ideas que son los elementos del conocimiento, inmateriales y, por tanto, distintas del mundo externo; son innatas en el sentido de que están producidas por la mente o res cogitans de forma autónoma. Por otro lado, el empirismo (Locke, Hume…) niega9 todo innatismo porque todo el conocimiento procede de la experiencia; así, la razón humana entra en contacto con el mundo a través del aparato perceptivo y no es más que un conjunto de mecanismos psicológicos de asociación de ideas (percepciones).